Hoy es el centenario del nacimiento Giovanni Rodari (1920 – 1980) al que conocemos como Gianni Rodari. Fue periodista, escritor, maestro y pedagogo. En el libro «Gramática de la fantasía», presenta sus ideas renovadoras que llevó a la literatura infantil y juvenil de forma magistral. En su obra fluye la imaginación y la fantasía, abriendo un mundo nuevo en el modelo pedagógico de las escuelas.
Su biografía es toda una aventura entrelazada con su mente «revolucionaria». Empezó magisterio para no hacer el servicio militar del que discrepaba y, al finalizar los estudios, se afilió al Partido Nacional Fascista para poder trabajar. Pronto se inició la guerra y comenzó su relación con la resistencia, acabando afiliado al Partido Comunista Italiano en 1944.
Al acabar la guerra inicia su carrera periodística en periódicos de izquierdas y en 1947 crea una sección infantil dirigida a los niños, El domingo de los pequeños, en el diario L’Unitá. Es aquí cuando arranca su interés por llevar la literatura a la juventud, que siguió durante años en semanarios como Il pionere en los que muchos de sus personajes visibilizan problemas sociales. Tal era su influencia que el Vaticano se ofendió, le acuso de adoctrinamiento comunista y le excomulgó.
La labor pedagógica arranca en los años 60, en las escuelas muestra nuevas técnicas al profesorado, ayudando a compaginar el trabajo escolar con la diversión. Trabaja especialmente en la región de Emilia-Romana. ¿Es casual que en Bolonia se celebre la feria del libro infantil y juvenil mayor del mundo?
Por su obra, obtuvo el premio Hans Christian Andersen, el más importante de la literatura infantil. Pero fue algo más que autor de obras infantiles, fue un innovador que enseñó que se puede aprender disfrutando y pasándolo bien, jugando. Fue un convencido de que la palabra es la base de la cultura y de la evolución de nuestra sociedad. Así lo deja reflejado en su obra, entre la que podemos citar «Cuentos por teléfono»: un cuento cada noche.
Cuentos por teléfono
Érase una vez… el señor Bianchi, de Varese. Su profesión de viajante de comercio le obligaba a viajar durante seis días a la semana, recorriendo toda Italia… El sábado regresaba a su casa y el lunes por la mañana volvía a partir. Pero antes de marcharse, su hija le recordaba:
—Ya sabes, papá: un cuento cada noche.
Porque aquella niña no podía dormirse sin que le contaran un cuento… Así que, cada noche el señor Bianchi telefoneaba a las nueve en punto y le contaba un cuento a su hija.
De este modo arranca el libro «cuentos por teléfono», una idea original y creativa que da pie a los distintos relatos, a cada uno de los cuentos que el señor Varese relataba a su hija. A lo que hay que añadir el detalle de que todas las señoritas de la telefónica —en aquellos tiempos, 1962, las telefonistas eran básicamente mujeres—, suspendían las llamadas para escuchar los cuentos. Según le habían ido las ventas al señor Bianchi, podía dedicar más dinero a la llamada y el cuento era más largo.
Los cuentos que se recogen en el libro muestran las estrategias y recursos que Rodari utilizaba en su narrativa: juegos de palabras, humor, sorpresa, onomatopeyas… Bajo un conjunto de ideas ingeniosas y provocadores que hacen estupendo este libro para leer a nuestro hijos.
Ya lo sabes: UN CUENTO CADA NOCHE, LEÍDO O CONTADO.
Puedes escuchar las narraciones, en distintas versiones, en la web de la biblioteca de Córdoba en el enlace