Cada 23 de abril, los libros alzan su voz, con más fuerza, en todas las lenguas del mundo. En los hogares, en las bibliotecas, en los colegios, en los rincones más insospechados, sus páginas se abren como alas que invitan a viajar, a aprender, a descubrir nuevas formas de mirar la realidad. Es el Día Internacional del Libro, una fecha en la que recordamos que la literatura es más que una sucesión de palabras; es un latido que nos conecta con la memoria, la imaginación y el futuro. Pero la lectura no es solo cosa de un día: los libros nos acompañan siempre, construyendo puentes entre generaciones, ideas y culturas.
En La Orquídea de Darwin, creemos que los libros pueden cambiar el mundo. No porque traigan respuestas cerradas, sino porque despiertan preguntas, siembran inquietudes y nos invitan a reflexionar sobre nuestro papel en el mundo que compartimos. Desde sus primeras publicaciones, la editorial ha apostado por la literatura como una ventana al conocimiento y a la conciencia, explorando la relación entre los seres humanos y la naturaleza, pero también entre las personas y sus valores.
Historias que nos acercan a la vida
Un niño observa el agua tranquila de un riachuelo y se pregunta qué criaturas habitan bajo la superficie. Trico responde a su curiosidad, deslizándolo entre las corrientes de un mundo donde invertebrados de todo tipo, desde insectos y arácnidos acuáticos hasta moluscos y otros pequeños seres del riachuelo, juegan un papel fundamental en el ecosistema acuático.
Una niña sigue con la mirada a una salamanquesa que se esconde tras los muebles y, en vez de miedo, siente fascinación. Mi amigo Hemidactylus le cuenta que hasta los seres más pequeños tienen su lugar en el equilibrio del planeta.
En un bosque, un árbol se aferra a la tierra y observa con tristeza cómo las personas se acercan a los árboles grandes, los admiran, buscan su sombra y los abrazan. Él también desea ser querido, que alguien se detenga a su lado, que lo reconozcan como parte del bosque. El arbolito que quería crecer nos recuerda que la paciencia y la resiliencia son parte del ciclo de la vida.
Pero hay más historias. Cuentos que hablan de mujeres que han cambiado la historia del medio ambiente, relatos sobre la reutilización y la creatividad, aventuras que nos llevan, de la mano de Betlem Petrie, a misteriosas excavaciones arqueológicas, y de la Doctora Residu, a las entrañas de la ciudad, donde un monstruo nacido de los residuos que generamos y arrojamos sin pensar nos enfrenta con la huella que dejamos en el planeta. Cada libro de La Orquídea de Darwin deseamos que sea una semilla que germina en la conciencia del lector, invitándolo a formar parte del cambio.

Cubiertas de libros de la editorial y grupo de jóvenes con libro de Toli el gosset invisible
La lectura como acción, la literatura como encuentro
Los libros no terminan cuando se cierran sus páginas. Siguen viviendo en quien los lee, en las conversaciones que generan, en las ideas que despiertan. Por eso, desde la editorial no solo publicamos historias, sino que también las llevamos a escuelas, bibliotecas y ferias del libro, creando espacios donde la literatura se transforma en experiencia. Cuentacuentos, talleres, diálogos con autores… La animación a la lectura es una de nuestras formas de celebrar el Día del Libro, pero también de extender esa celebración a cada día del año. Porque leer no es solo un acto individual; es un puente hacia los demás, una invitación a compartir conocimientos, emociones y compromisos.
Este 23 de abril, abramos un libro. Dejemos que nos transforme. Y, sobre todo, recordemos que, al igual que la naturaleza, la literatura también está viva, esperando a quienes deseen escuchar su voz.