Antes de dormir hay que leer, pero ¿es lo mismo en un libro de papel que con tecnología electrónica?
La respuesta a la pregunta parece clara según un estudio de Anne-Marie Chang y colaboradores, que se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences: no es lo mismo para la salud leer por la noche un libro en papel que en un dispositivo electrónico. La lectura de un texto en formato electrónico puede influir en el patrón del sueño.
Se ha comprobado que utilizar equipos electrónicos con emisión lumínica (tabletas, lectores de textos, ordenadores y teléfonos móviles) antes de dormir, hace que nos cueste más conciliar el sueño y, además, dormimos peor.
La causa es la emisión de luz azul de la mayoría de los dispositivos. Nuestro organismo funciona con unos biorritmos ajustados al día y la noche, a la luz y a la oscuridad. Al atardecer, en respuesta a las condiciones de luz del entorno, se inicia un proceso metabólico de producción de hormona melatonina, y empezamos a tener sueño.
Esa luz artificial, engaña a nuestro organismo, y se reduce la producción de la melatonina, tardamos más en dormirnos y se duerme peor y menos profundamente. No debemos olvidar que, desde el punto de vista de la salud, dormir bien es fundamental, y que un sueño de mala calidad favorece diversas enfermedades.
No cabe duda que las nuevas tecnologías son un elemento importante para la lectura y el ocio, en particular para nuestros hijos e hijas. Debemos acostumbrarlos a utilizar esos medios durante el día, con buena luz, y llegada la noche, la lectura debe de ser en libros y cuentos de papel. La diferencia está el la emisión de luz que llega a nuestros ojos, en papel es la que se refleja del entorno y en los elementos electrónicos es directa desde el propio aparato.
Hay que recordar también que, de forma natural, la niños y jóvenes tienen el reloj natural retrasado, se duermen más tarde y, como sabemos, se levantan más tarde. Los dispositivos con luz integrada puede potenciar ese retraso y por la mañana estar más cansados y tendrán un rendimiento más bajo en el colegio.
Por el momento, estamos en los inicios de la lectura en formato electrónico. Las pantallas con brillo o retroiluminadas, producen además cansancio visual. En el comercio nos ofrecen filtros y otros elementos, que pueden reducir la incidencia negativa de todo tipo de pantallas en la vista, aunque la OCU lo ha rebatido. Pero no hay evidencia de que solucionen el problema del sueño.
No neguemos las ventajas del e-book, disponer de una biblioteca en nuestro bolsillo, adaptar el tamaño de la letra o el precio. Pero para dormir mejor ofrecer a nuestros hijos e hijas, o para nosotros mismos, un cuento o libro de papel.
Puedes consultar el estudio citado en: http://www.pnas.org/content/112/4/1232