La llegada de las vacaciones supone un espacio de descanso y ocio para los escolares. Pero no debe ser una pausa total para su mente. El verano, como el resto del año, debe ser una oportunidad para que se aficionen a la lectura y que sigan conectados a la capacidad lectora una vez regresen al colegio. Es una buena idea visitar algunas librerías del lugar de vacaciones, que se aficionen a ello, y permitirles elegir los libros para leer durante esos días.
Por otra parte, la lectura les ayuda a desarrollar la creatividad, el nivel formativo y de conocimientos, mejora su autoestima y, mediante la crítica y análisis de lo que leen, les hará ser personas más críticas y constructivas. La lectura es positiva tanto desde el punto de vista intelectual como emocional, la lectura supone vivencias.
Infografía muestra los resultados comparativos de test de lectura realizados tras pasar los meses de verano en tres grupos diferentes de jóvenes.
Así pues, leer en verano es importante puesto que, una vez finalizadas las clases, si nuestros hijos o hijas dejan de leer, perderán parte de las habilidades y destrezas lectoras de cara al inicio del siguiente curso. Un estudio, publicado en la revista Reading Psychology, ha verificado que dejar de leer durante el periodo de vacaciones puede traducirse en un retroceso de entre dos y tres meses en la habilidad lectora y en la capacidad de comprensión y expresión. Y para quien aprovecha el verano, con espacios de lectura, supone un avance de más de un mes en la capacidad. El resultado es una importante diferencia, de hasta cuatro meses, entre jóvenes que leen y que no leen.
Por otra parte, no hay que olvidar que el hábito de la lectura en la infancia, tendrá repercusión en los siguientes niveles formativos, secundaria y universidad. Y todo ello, ayuda a mayores oportunidades laborales y, lo más importante, a una mejor calidad de vida.
Madres y padres deben ser conscientes, y ejemplo, de la importancia de la lectura para los hijos. Leer y comentar las lecturas con ellos, ayudará a estrechar los lazos familiares, ¿no es ese también el objeto de las vacaciones?
